Hoy un día más,
me desperté muy temprano,
y sin nada que hacer a esa hora ,
me senté en el salón escuchando
solamente el sonido de la lluvia.
Fijé por casualidad mis ojos
en el cristal de la ventana, fijándome en las formas
que el agua golpeando con fuerza formaba
en el cristal de la ventana.
Cada segundo cambiaban dichas formas aleatorias .
Así estuve intentando interpretar las formas que el agua formaba
en el cristal, al ritmo cadencioso de su golpeteo.
Después de un intervalo de tiempo muy largo,
me levanté y siguiendo las indicaciones de mi estómago,
me encaminé a la cocina, a prepararme el desayuno.
mamuma
Nunca se me ha ocurrido a mí.
ResponderEliminarEl que? Sentarte a observar el espectáculo de las gotas de agua en el cristal o seguir el dictado de tu estómago??
ResponderEliminarUn saludo Felipe. Un beso Mamuna, por aquí el sonido de la lluvia parece que se echa algo de menos, aunque a mí, ya sabes que me deprima ese cielo de ceniza.
conchi,
ResponderEliminarMe refería observr el espectáculo de las gotas de agua,ya que lo del estómago lo hago con frecuencia.
saludos
mamuma,
ResponderEliminara veces por pura casualidad, reparamos en algo que ha estado ahí desde siempre.
saludos
Yo lo del estómago, lo hago sin sentido alguno, menos mal que no engordo al ritmo que como. La ansiedad me hace recordar el frigorífico muchas más veces de las que necesito... De noche , a veces, me levanto y me da igual lo que sea: pueden ser cientos de berberechos trinchados de un golpe o albóndigas o media caja de bombones.
ResponderEliminarAhora con lo de la subida de impuestos a los alimentos no básicos, a lo mejor me lo pienso, jejej!
Saludos de buena mañana a todos.